I Tu alma se encontrará sola a sí misma en medio de oscuros pensamientos de las piedras de la tumba gris. Nadie, entre toda la multitud, espía en tu hora de secreto. | |
II Sé silencioso en esa soledad, que no es tristeza de estar solo, pues entonces los espíritus de la muerte que estuvieron en la vida antes que tú, están de nuevo en la muerte a tu alrededor. Y su voluntad habrá de subyugarte: no te muevas. | |
III La noche, aunque clara, fruncirá el ceño, y las estrellas no mirarán hacia abajo, desde sus altos tronos en el cielo con luz como esperanza dada a los mortales. Pero sus rojos ojos, sin rayo parecerán para tu cansancio como una quemadura y una fiebre que se adheriría a ti para siempre. | |
IV Ahora hay pensamientos que tú no prohibirás. Ahora hay visiones que no desterrarán. No pasarán de tu espíritu jamás, como gotas de rocío de la hierba. | |
V La brisa, la respiración de Dios, está quieta, y la niebla sobre la colina tenebrosa, tenebrosa, todavía intacta, es un símbolo y una señal de cómo se sostiene sobre los árboles un misterio de misterios. |
miércoles, 19 de octubre de 2011
ESPÍRITU DE LOS MUERTOS
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